Son muchas las experiencias de promoción de lectura generadas en distintos lugares del mundo.
Empecemos por Rumanía. En la importante ciudad de Cluj-Napoca, las autoridades de transporte aprobaron una iniciativa del promotor de lectura Victor Miron: al leer un libro o una revista mientras estén viajando, les permitirá utilizar el servicio gratis.
El alcalde estuvo de acuerdo con implementar esta iniciativa, pues a su juicio la lectura es sinónimo de crecimiento cultural y educativo.
Por su parte, Miron, el impulsor del proyecto, ha revelado que le costó un año lograr que su plan se convirtiera en realidad. Pero insistió convencido de que “para promover la lectura, es mejor recompensar a los que leen en lugar de criticar a los que no lo hacen”.
Empecemos por Rumanía. En la importante ciudad de Cluj-Napoca, las autoridades de transporte aprobaron una iniciativa del promotor de lectura Victor Miron: al leer un libro o una revista mientras estén viajando, les permitirá utilizar el servicio gratis.
El alcalde estuvo de acuerdo con implementar esta iniciativa, pues a su juicio la lectura es sinónimo de crecimiento cultural y educativo.
Por su parte, Miron, el impulsor del proyecto, ha revelado que le costó un año lograr que su plan se convirtiera en realidad. Pero insistió convencido de que “para promover la lectura, es mejor recompensar a los que leen en lugar de criticar a los que no lo hacen”.
En la ciudad de La Paz, Bolivia, también ha surgido una iniciativa de fomento de la lectura y transporte público llamada Lectura con altura. El Ministerio de Educación y la empresa estatal Mi Teleférico firmaron un convenio para instalar bibliotecas virtuales que permitirán a los pasajeros acceder a colecciones de libros cortos desde las cabinas del teleférico, mediante el uso de tabletas. La primera biblioteca funcionará en la Línea Roja, que va de La Paz a El Alto, e inicialmente permitirá que 16 pasajeros tengan tabletas a su disposición durante el trayecto; más adelante el servicio se extenderá a otras líneas. También hay planes de hacer sesiones de cuentacuentos en los viajes. Sin duda, una buena idea para que los trayectos en el teleférico, que suelen durar entre cinco o diez minutos, se conviertan en una opción cultural.
Por último, vale la pena mencionar la propuesta de Courney Holmes, un barbero de Dubuqe, Iowa, en Estados Unidos. ¿En qué consiste? Pues nada menos que en regalar cortes de pelo gratis a los niños que lean mientras él se ocupa de sus cabezas. “Si no saben leer, los ayudo a entender el libro y lo leemos junto”, explica Holmes. El éxito ha sido enorme y actualmente tiene filas de 20 niños esperando para cortarse el pelo con él. “Comencé trayendo libros de mi casa, pero ahora la gente me envía algunos”.
Fuente: blog.cuatrogatos.org